viernes, 10 de julio de 2009

Nikola Tesla, Google y el Diablo meten la cola.



El cada día más (al menos para mí )  insólito Google, le rindió hoy homenaje a Nikola Tesla, por el motivo del aniversario de nacimiento del inventor croata, el 10 de julio de 1856.

Particularmente creo que no es posible para nadie más o menos insertado en la cultura, no percibir la dimensión de un hombre como Tesla. Sus invenciones fueron absolutamente revolucionarias, incluso desde la perspectiva de nuestros días.

Pero – como dice el Dr. House - , “A Tesla le robaron”. Y así fue. Luego de su muerte, el gobierno de los Estados Unidos, incautó prácticamente todos sus documentos, los cuales permanecen sin desclasificar hasta hoy.

A partir de allí, Tesla fue siempre una especie de oveja negra de la ciencia, alguien a quien el stablishment hubiese preferido poder eliminar del curso de la historia.

A mi juicio, la mayor ideación de Tesla fue un sistema para hacer pública la energía eléctrica. El ingenio se basaba en dispositivo que aprovechaba la inmensa generación de electricidad por parte del planeta, canalizándola desde la ionosfera. Este invento se entronca con otro, el de la transmisión de energía eléctrica sin cables. Según parece, Tesla habría logrado encender un número de bombillas a varios km. de distancia.

No es difícil imaginar que a los inversores de las investigaciones del científico, todas estas cosas no les hacían ninguna gracia.

Esto conlleva a recapitular un simple postulado de Marx: la socialización de los recursos.

Tomemos por ejemplo el caso de Internet. Cuando se hizo pública, suponía un espíritu de libre intercambio de información. La tecnología borraría incluso las barreras idiomáticas, con el uso de traductores instantáneos, etc. etc. derrumbando las fronteras entre los seres humanos. Algo parecido al sueño de Tesla sobre la humanidad futura.

Pero resulta que Internet, qua red simbólica que afecta casi todos los niveles de nuestra vida, lejos de permanecer independiente del stablishment, se transforma en un ámbito hipercontrolado, vigilado, sometido permanentemente a las revisiones de las legislaciones de los países, a los derechos de autor (los cuales son en realidad derechos de la industria).

Tanto Internet, como la electricidad gratuita de Tesla son ejemplos de la imposición del totalitarismo ejerciendo control sobre el ámbito de lo publico.

Volviendo a Google ,siendo ésta una compañía que siempre se patrocinó en defensa de la democratización de la información, y considerando el anuncio del lanzamiento para el próximo año de su sistema operativo propio, que competirá con el Windows de Microsoft, uno está tentado a interpretar el gesto del homenaje a Tesla como un mensaje que dice “nosotros estamos a favor de éstas ideas y las llevaremos a cabo”.

Bueno, podemos respirar tranquilos. Ahora nuestro destino de libres ciudadanos de la democracia está garantizado en una poderosa corporación que defenderá nuestro derecho al acceso a la información.

Ya decía Baudelaire: la mayor astucia del Diablo es hacernos creer que no existe.



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